Estoy contento porque esta selección contiene canciones que me gustaron mucho a la primera oída y desde los primeros segundos. Darme cuenta de eso me alivió un poco, porque en alguna parte del último newsletter me pregunté si no había escrito un texto como excusa para compartir las canciones que había encontrado, y después me quedó sobrevolando la horrible duda de si alguna vez no habré hecho al revés: juntar un puñado de canciones como excusa para escribir o compartir un texto. Pero esta selección ya musicalizó varias caminatas, y que la primera reproducción de muchas de ellas se haya dado andando en velocidad por las calles (así es como camino: muy rápido), tal vez haya influido en el armado: varias tienen ese inconfundible ritmo de paisaje en movimiento, de viento en la cara. ¿Habrá cambiado mi forma de elegir música ahora que ya no me quedo una hora -o más- tirado sobre almohadones con luz tenue, escuchando un álbum de principio a fin sin interrupciones ni notificaciones, o que no elijo música para mirar por la ventanilla de un viaje largo en transporte público y me someto, en cambio, a la elección de los conductores de las aplicaciones, y que tampoco me encierro en sótanos con gente para saltar inclinando la cabeza hacia el piso y girando alternativamente unos grados hacia un lado y hacia el otro con música repetitiva como antes? Es una pregunta para pintarla entera con el cursor, hacerla desaparecer dándole un toque gentil a la tecla “delete” y pasar directamente a las cosas (que, en este caso, son las canciones):
-Fcukers (Homie Don’t Shake): tres años atrás, mientras caminaba de noche por Manhattan me crucé con un grupo que venía de otro estado, y uno de sus integrantes se separó para pedirme una recomendación con el siguiente formato: “You are 22 years old and you’re in New York. Where do you go?” Lo felicité para mis adentros por preguntarle a un desconocido random en la calle en vez de googlear “Top 5 nightclubs in NY” o algo parecido, y por encarar la pregunta en forma de experimento mental. Cuando hace unos meses escuché por primera vez esta canción de Fcukers me pareció que era la respuesta a otro experimento mental similar: son las dos de la mañana de un viernes de verano en alguno de los 5 boroughs (o en LA) y hace un calor húmedo y sofocante. Después de tomar un par de cervezas en soledad viendo algo en la tele/notebook, decidido a quedarte en tu departamento y descansar de una jornada agotadora, saliste a tomarte una tercera en la vereda, donde está más fresco, pero una brisa que de golpe llegó desde el mar hizo que cedieras a los mensajes de tus amigos invitándote a sumarte a ellos para ir a una fiesta. Te pasan a buscar y deciden poner música a todo volumen en el auto. ¿Qué canción elegís?
Cuando encontré el EP de Fcukers tenía unos pocos miles de reproducciones. Hoy, hay uno de sus tracks que está por llegar a los 2 millones, así que calculo que para algunos no debe ser ningún descubrimiento.
-Public Service Broadcasting (Towards the Dawn): al fin una canción con cierta proyección épica (¿es tanto pedir?), con esa mezcla de melancolía y optimismo sobre un trasfondo sonoro de teatralidad. Desde el álbum de 2013 Inform, Educate, Entertain de PSB que no escuchaba a esta banda londinense con atención. En esta oportunidad, el tema que atraviesa toda la obra es un homenaje a la pionera de la aviación Amelia Earhart (¿hace falta remontarse a la primera mitad del siglo XX para evocar un clima al menos aventurero?). Todavía no lo termino de escuchar entero porque siempre me quedo en este mismo track.
-Vampire Weekend (Ice Cream Piano/Prep School Gangsters): a los Vampire Weekend tampoco los venía escuchando desde que lanzaron aquel primer álbum que me pareció divertido y original para lo que era la escena indie de fines de la década del 2000, aunque cada tanto aparecía un tema al que le metían algo de magnificencia como a Ya, Hey (2013) y lo ponía a todo volumen. Es el caso de esta canción publicada en abril de este año como parte de Only God Was Above Us, del cual también incluimos Prep School Gangsters.
-Bright Eyes (El Capitan/Bas Jan Ader): desde I’m Wide Awake, It’s Morning que no escuchaba consistentemente un álbum entero de Bright Eyes, por lo que a Five Dice, All Threes (2024) no le tenía fe. Pero la verdad es que ya van unas seis veces que lo pongo para caminar. Componiendo y tocando así, es una banda que dan ganas de volver a ver en vivo, ya sea en algún viaje o en algún Festival. Pero se cuenta que Conor Oberst anda con complicaciones personales desde hace varios años y viene suspendiendo giras. Una pena, aunque es posible que esas complicaciones que lo consumen vengan causadas por la misma sensibilidad que le permite crear e interpretar así. Quién sabe.
-Obey Cobra (Blank Tape): no me acuerdo cómo llegué a este tema ni tampoco se nada de la banda (sólo que es de Cardiff, UK), pero cada vez que salgo por la puerta de casa algo enroscado y pongo esta tormenta de sonido siento que una mandada de lobos me eleva del suelo, y que camino con la fuerza de las olas del mar ingresando a la ciudad entre los edificios como paredes de agua.
-Dehd (Dog Days): al nuevo álbum de este grupo de Chicago sí que lo escuché entero y recuerdo que no me gustó, con excepción de esta canción que, además de tener esa playfullness que caracteriza a la banda, mantiene el ritmo tu-tu-pá tututu-pá que mencioné al principio.
-Modest Mouse (Float On (Dan The Automator Remix)): me molestan mucho los “aniversarios” de discos, pero en la reedición aniversario de no se cuántos años -ni me importa- de Good News For People Who Love Bad News incluyeron esta versión de Float On que parece un mashup con Yoshimi Battles the Pink Robots Part I, y que usé en varias caminatas como transición entre una parte y otra de alguna playlist. Casi siempre, después de este track, tengo que poner el mencionado tema de los Flaming Lips y, acto seguido, enganchar con la versión bluegrass de Float On del álbum Pickin´on Modest Mouse.
-Naum Gabo (This 1¨º∆ (Reversion)): no tengo mucho para comentar sobre este track, salvo que cada tanto me gusta sumergirme en climas densos e industriales y ver cómo todo alrededor en la calle se enrarece sólo por el hecho de estar escuchando un sonido diferente en los auriculares. Son de Glasgow, U.K.
-Youth Lagoon (My Beautiful Girl): después de 8 años de silencio y tras lanzar Heaven is a Junkyard, Trevor Powers parece atravesar una etapa prolífica, ya que cada tanto deja escapar un single. My Beautiful Girl es el último de ellos y es tan lindo como el resto.
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Chau.
Entre el anterior envío y éste tuvimos más ejemplos contundentes de que la internet que conocíamos como algo eminentemente útil se puede llegar a extinguir en breve, ya que nos acercamos al grado de lo caricaturesco. Siendo optimistas, quizás sea una transición necesaria, me divierte tratar de imaginar las formas en las que nos vamos a rebuscar cuando ya sea obvio que no hay que googlear nada ni preguntarle al tío Chat si lo que se quiere es arribar a un resultado medianamente digno.
Acá dejo tres:
1- Un usuario de twiter hizo notar que, cuando uno busca algo como “baby peacock” en google images, la mayoría de los resultados de la página inicial (los que están tachados) son imágenes generadas por la IA. Después de comprobarlo yo mismo, me di cuenta que el video viral de un perro con un bastón que me acababan de mostrar también parecía estar armado con IA, y noté que los mails de Pinterest que me llegan con sugerencias de “te podría interesar” arrancan con imágenes de ambientes de casas generados artificialmente. Se parecen a cocinas que me podrían interesar, sí, pero no existen. Por supuesto que cuando uno acude a un buscador porque necesita alguna imagen de algo puede tomarse el trabajo de intentar discernir si el resultado que obtiene es real o no, así como en alguna época cuando quería cierta información recurría a una web confiable y no a cualquier resultado en cualquier blog, pero cuando los contenidos son generados automáticamente a razón de un millón por segundo y los resultados son promovidos por casi el único buscador del mercado de acuerdo a cuánto paguen para aparecer bien arriba, sepultando a las respuestas útiles, la tarea pasa a ser un trabajo al que probablemente un mínimo porcentaje de la población quiera o pueda someterse en el futuro.
2- Esta respuesta directamente medievalista de Sam Altman que sugiere que él espera que estemos agradecidos por recibir sus productos, a los que debemos considerar “inteligencia mágica en el cielo” con la actitud paternalista de quien le tira unos juguetes al resto en un gesto magnánimo para que se entretengan un rato, cuando bien podría quedárselos para su uso personal y no compartirlos (no es así, porque el uso masivo del producto es condición necesaria en algún punto para continuar con su desarrollo).
3- Mientras escribo este texto, Substack me ubica palabras antes de que termine de tipear. Por ejemplo, cuando puse “Subs…” para poner “Substack”, la palabra se autocompletó como si hubiese querido poner “Subsaharianos”. De nuevo, se puede hacer el esfuerzo de ignorar los ansiosos autocomplete y las sugerencias que mas bien se imponen tan rápidamente que uno no llega a tipear ni media palabra (muchas veces tengo que volver atrás y borrar lo que la plataforma eligió, forcejeando para que me deje poner la palabra que yo realmente quería escribir), y debe haber en algún lado una opción para eliminar esta función molesta, pero realmente es como intentar escribir hundido en una trinchera mientras los proyectiles zumban en una y otra dirección sobre nuestras cabezas. Por otro lado, ya hemos experimentado varias veces que cuando la plataforma quiere imponer algo, primero lo introduce y te deja optar out, si es que encontrás la manera, hasta que en alguna nueva actualización, la opción para desactivar la función ya no está.